domingo, 29 de septiembre de 2013

CALLEJÓN SIN SALIDA



Hay cabellos galopando el horizonte
y charcos de sal en los amaneceres.
Solitario está el paseo
en este mes de enero de resaca.

Todo es final, todo comienzo.
La calma se dibuja en las palmeras
y se derrama en los balcones el pasado.
El mar de azul intenso, 
el frío cortante en los labios. 
Podríamos volver a ser pequeños 
si olvidásemos la edad y su mentira, 
iríamos corriendo hasta las olas, 
y golpearíamos la arena con los pies 
porque es enero y todo nace, 
y la risa y la mirada hecha de cielo; 
los cangrejos en la roca 
y en la playa lo eterno.

Podríamos volver, y sin embargo
sabemos demasiado y no creemos
ni en los sueños ni en la luz.
Otro año que pasa y que nos lleva
a ningún lugar, sino a nosotros,
cansados como conchas en la arena,
a la espera siempre de la nada.