sábado, 28 de marzo de 2020

RESEÑA CORTA DE ESTA TERRIBLE LUMINISCENCIA, DE CAROL GÓMEZ PELEGRÍN, EN IDEAL



No hay duda de que, a veces, es mejor no ver que ser consciente de lo que se tiene delante. La claridad puede llegar a ser terrible cuando nos hemos acostumbrado a vivir entre cómodas tinieblas, porque desvela las costuras de una ideología interiorizada como “lo natural” y, con ella, todas sus consecuencias. Desde esa oscuridad las condiciones de vida parecen las propias del sentido común y las palabras un fiel reflejo de lo que conocemos y no nos incomoda. Por eso Esta terrible luminiscencia resulta a la vez inquietante y revelador, uno de los poemarios más relevantes de lo que llevamos de año. Amor, maternidad, escritura y cuerpo alejados de convencionalismos y de tópicos. Un verdadero hallazgo. 

https://www.ideal.es/culturas/recomendaciones-literarias-criticos-20200328222709-nt.html?fbclid=IwAR23fi3l8Vix1tiYiDqA68OoBomo4XEIL8HGdas5ZDJ5W_X5bfPrPF62Uhs

sábado, 21 de marzo de 2020

RESEÑA DE POESÍA COMPLETA, DE MAYA ANGELOU, EN IDEAL






AÚN ASÍ ME LEVANTO

Que en estos tiempos confusos, nublados, sobrecargados de mentiras y discursos intolerantes vea la luz en español la poesía completa de Maya Angelou significa que no todo está perdido, que, a pesar del miedo inoculado por la ultraderecha y sus medios de comunicación hacia el extranjero, la voz del sufrimiento y del dolor sigue viva y es capaz de alzarse y sacudirse el légamo de la injusticia, el oprobio y la manipulación de los poderes económicos. Aunque se la conoce más por su escritura autobiográfica (Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado), sus poemas leídos tanto en la investidura de Bill Clinton como con motivo de la muerte de Nelson Mandela (2013) reivindicaron y popularizaron a nivel internacional un quehacer poético que venía, sin embargo, de muy lejos. Incansable y polifacética (música, cine, televisión), Angelou es recordada hoy como una de las personalidades a nivel mundial más comprometidas con la situación del hombre y de la mujer afroamericanos. La edición y traducción de su poesía completa a cargo de Nieves García Prados asombra por la dureza, por la escritura descarnada de una realidad que late bajo las capas de una historia oficial, siempre propensa al olvido de los más débiles.
 En el poema “Sobre los trabajadores liberales blancos” (64) encontramos, posiblemente, uno de los textos más iluminadores, por lo que suponen para la lectura de toda esta edición: “[…] Aunque hay una cosa por la que imploro / en la que creo lo suficiente como para morir por ella, / la responsabilidad de todo hombre con el hombre”. Un yo poético que es consciente a lo largo de todos los libros de que sin la solidaridad y la compañía del otro, el ser humano está perdido, como escribe en “Solos” (87): “Solo, completamente solo, / nadie, absolutamente nadie / puede sobrevivir aquí solo”.
Erotismo y desamor, amor mal entendido (“los sádicos no aprenderán que / el amor, por naturaleza, exige un dolor / distinto a la tortura”), drogas (“Los hombres caídos, / y el empuje del peso de la aguja. / Se arrastran los brazos, el caballo entra en las suaves / cavidades de cada hueso”), esclavismo (“Filas de algodón se entrecruzan en el mundo / y noches muertas de cansancio / relámpagos en correas de cuero / y todo mi cuerpo ardiendo) y violencia de género son los temas más recurrentes a lo largo de todo este libro, cargado de poemas tan demoledores como tristemente contemporáneos: “De los barracones de la vergüenza de la historia / yo me levanto / desde un pasado enraizado en el dolor / yo me levanto/ soy un océano negro, agitado y enorme, / manando y creciendo resisto la marea”.

https://www.ideal.es/culturas/libros/recomendaciones-literarias-criticos-20200321002837-nt.html

viernes, 13 de marzo de 2020

BREVE RESEÑA DE ESCARABAJO PELOTERO, DE ELADIO ORTA, EN IDEAL



La defensa a ultranza de los entornos naturales ha sido el eje sobre el que ha girado la poética de Eladio Orta desde sus primeros libros. Una defensa que supone a la vez la construcción de un discurso radicalmente crítico contra el neoliberalismo y su responsabilidad en la destrucción de los ecosistemas. La poesía de Orta, así calificada por él mismo, se asemeja a la producción “antipoética” de Nicanor Parra en ese movimiento seco contra la poesía convencional, edulcorada y adulterada por el poder. Eladio Orta es una de las genuinas Voces del Extremo que desde 1999 están proponiendo otra forma de escribir, otra forma de soñar y otra forma de vivir. Este nuevo poemario abunda en cuestiones como el elogio de la belleza natural, la crítica al urbanismo desenfrenado o la necesidad del otro para poder decir ‘yo’.

RESEÑA DE EL GRAN BOSQUE, DE MARTA LÓPEZ VILAR, EN EL DIARIO IDEAL




Ya Eduardo Cirlot señaló en su Diccionario de Símbolos que entre las posibles significaciones del bosque está la del principio femenino, el principio creador. Concretamente, como un lugar en el que florece la abundante vida vegetal, no cultivada ni dominada, capaz de ocultar la luz del sol, de ahí que para los druidas la selva fuera su esposa por antonomasia. A partir de ahí podría sostenerse que el sol es el símbolo de la razón, del logos, mientras que el bosque umbroso lo es del mito, del sentimiento. Sin embargo, El Gran Bosque, la propuesta poética de López Vilar galardonada con el II Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro, se construye en la certeza de que la sombra del bosque no es la oposición a la luz del sol, al lenguaje racional, sino una forma distinta de iluminación, de expresión, tesis muy cercana a la sostenida por María Zambrano en su Claros del bosque.
 El texto de López Vilar aborda la problemática de lo extraño o lo extranjero, no sólo desde el punto de vista de lo geográfico, sino de lo lingüístico, con lo que ello supone para la comprensión e interpretación de la realidad del sujeto poético. Decir y comprender en otra lengua es también sentir en esa misma otra lengua, de ahí que la presencia del bosque sea tan significativa a lo largo de todo el poemario. Desde el primer poema en prosa, titulado “La llegada”, el yo poético insiste en una búsqueda infructuosa: “Busqué los animales, sus huellas, su ligero movimiento entre las hojas. […] No. Llegué aquí un verano y pronto anochecía. No supe qué buscar”. María Zambrano, en el texto titulado “Claros del bosque”, escribe: “No hay que buscarlo. No hay que buscar. Es la lección inmediata de los claros del bosque: no hay que ir a buscarlos, ni tampoco a buscar nada en ellos”. Desde le momento en el que el yo lírico de López Vilar asuma la incapacidad del lenguaje aprendido para dar respuesta a las vivencias en el gran bosque, accederá en soledad a una nueva palabra, como parece decirnos el poema “La letra”: “Desde pequeña me dijeron que el mundo, este mundo que me mira y teje lentamente su nombre, era un alfabeto. Su largo decir estaría debajo de los árboles, bajo este cielo que anochece. Pongo mi oído sobre el suelo. Lento, tan lento que olvido la última vez que respiré. La primera letra es mi respiración. Como ese aire que sale camuflado, que se pierde, se diluye. Letra que no nombra. Ya no tengo mundo”. Las palabras del bosque de Zambrano son en López Vilar “palabras-minerales”, aquellas capaces de nombrar una nueva vida. 

BREVE RESEÑA DE BRANDEWIJN, DE JUAN PEREGRINA, EN EL DIARIO IDEAL





A lo largo de la historia muchos son los que han hablado alguna vez de los placeres, en concreto del alcohol, las drogas o el sexo. Sus efectos, sus virtudes, sus milagros y derrotas. Sin embargo, pocos son los que han escrito el placer mismo, contadísimos ejemplos en los que el placer se materializa en una escritura ardiente, delirante, sudorosa. No es lo mismo, por tanto, escribir sobre el alcohol que escribir el alcohol mismo. No es igual describir sus sutiles efluvios que respirarlos en la escritura/lectura. Brandewijm, nombre que recibe el brandy en holandés, es una copa tostada compuesta por diez sorbos en prosa que arañan trago a trago la sobria realidad de la costumbre. Las páginas pares ofrecen textos medidos y cuidados, recién escanciados, mientras que las impares dejan un regusto manuscrito de pasión y vida. De Literatura.

sábado, 7 de marzo de 2020

RESEÑA DE GENÉTICA DEL LLANTO, DE COVADONGA GARCÍA FIERRO, EN IDEAL

VOLVER AL ORIGEN
En el poema “Yo no temo al amor”, el yo poético asegura que “No temo a la vejez, / sino a que se escape el tiempo”. Se trata de un tiempo entendido como experiencia de vida, no como devenir inevitable. El miedo de la voz poética no es al paso de los años, sino a la imposibilidad de conservar lo que alguna vez fue vivido. Sólo desde la rememoración es posible enfrentarse al vacío de la muerte: “No quiero empezar a olvidar / ya sin tregua”. Genética del llanto ejemplifica a la perfección cómo a través de la evocación de los espacios de la memoria, de la reelaboración de la experiencia y de la escritura del recuerdo se puede construir la propia vida. Recordar es dinamizar la existencia y su dimensión temporal, esto es, de revivir. Por eso “El origen”, el primer poema de la primera parte, ilumina y conduce la lectura de todo el libro a través de las geografías del amor perdido, de la nostalgia o de la angustia. Especial atención requieren los textos que profundizan en el sentimiento de la soledad, recordando que, como decía María Zambrano, escribir es defender la soledad en la que se está: “Yo soy su morada. / La soledad me habita / y yo la requiero”.

Publicada el 21 de diciembre de 2019
https://www.ideal.es/culturas/libros/libros-publican-semana-20191221020201-nt.html